Con bastante retraso sobre la hora
programada salió el desfile de ayer, posiblemente motivado por el
lamentable incidente de la caida del balcón (ojalá sea todo un
susto, y los afectados se recuperen lo más rápido posible).
No obstante tengo la sensación de que
siempre nuestro desfile sale con mucho retraso, y eso no es nada
bueno para el espectáculo y para los espectadores. Si queremos que
la gente se vuelque saliendo a la calle a ver el desfile, desde la
organización se debería velar por cuidar más estos detalles.
Tan solo los tres grupos locales:
Lorolos, Danzarines emeritenses y Cariocas, acompañados de un par de
grupos infantiles y algunos disfraces individuales y de pareja fueron
los que desfilaron en esta ocasión.
Yo la verdad es que no entiendo mucho
de este apartado de nuestro carnaval y no me atrevo a hacer una
valoración objetiva acerca de si el resultado ha sido justo o no.
Supongo que para los que ganaron será acertado y para los que no,
pues lógicamente no estarán muy conformes.
La verdad es que el desfile se quedaba
corto, muy corto.
Ya anticipé hace un par de años que
el desfile se nos estaba viniendo abajo y que había que tomar
medidas si no queríamos que se nos viniese abajo.
Y quien debería de tirar de este nuevo
enfoque deberían ser no solo el ayuntamiento y los propios grupos de
pasacalles como los verdaderamente implicados de manera más directa,
sino también el resto de carnavaleros, comparsistas y chirigoteros,
pues al final que estas cosas salgan bien o mal nos salpican a todos.
Ya hablaremos más adelante de este
tema.
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